Este año el Lunes Santo para mí fue un día con sentimientos encontrados, por un lado estaba muy feliz por que el día era esplendido y por otro lado, estaba triste pues ya tenía mas que decidido que ese Lunes Santo iba a ser mi último día como Costalero.
La Estación de Penitencia se me hizo muy corta, demasiado corta, no había momento en el que no me acordara de los míos y de los 20 años que llevaba bajo esas trabajaderas.
Al final y tras una Estación de Penitencia llena de momentos inolvidables, volvía a subir contigo nuestra Cuesta y allí fue donde me despedí de Ti como Costalero de la Hermandad de la ORACIÓN Y GRACIA.
El año que viene, si Tú quieres, iré delante tuya alumbrándote el camino con mi vela y mi túnica nazarena.