Hace 43 primaveras que vi la Luz de este Mundo, y también supongo que lloré por primera vez cuando Dña. Luci me dio unas palmadas en en culo.
Hoy, Padre, he vuelto a llorar de nuevo, pero esta vez ha sido de emoción y de alegría.
Tu sabes los momentos por los que estoy pasando y me reconforta poder tener la gran suerte de hayas puesto en mi caminar diario a una mujer que con sólo mirarme ya sabe lo que estoy pensado, atenta a todo y siempre pendiente del más mínimo detalle.
Hoy, tanto ella como nuestra hija, me han enseñado que hay que mirar SIEMPRE hacía adelante y que la desilusión no puede hacer mella en nosotros.
Gracias Padre de la Oración por bendecirme con Paqui y por darme el regalo de Ángela. ¿Que mejores regalos podía pedir para el día de mi cumpleaños?.
Ole tu y to los tuyos!!!
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