No hay palabras que puedan definir lo que se puede contemplar cuando pasa EL SEÑOR DE SEVILLA, la mirada se te queda fijada en Él y el tiempo parece que se haya detenido y sólo ÉL es el gran centro de atención cuando pasa por las calles de la Capital Hispalense.
Cuando uno ve estas imagenes sólo puede pensar en rezar y decir: ¡Cuanto nos queda que aprender de Ti Señor!
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