En su sexto mes, Dios envió el ángel Gabriel a Nazaret, ciudad de Galilea, a una Virgen desposada con cierto varón de la casa de David, llamado José, y el nombre de la virgen era María.
Y habiendo entrado el ángel en donde ella estaba, le dijo: Dios te salve llena de Gracia; el Señor es contigo. Y ella, al oir tales palabras, se turbó y púsose a considerar que significaría tal salutación.
Más el ángel le dijo: No temas María, por que has hallado gracia en los ojos de Dios.
Sábete que has de concebir en tu seno, y darás a luz a un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
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